Crónicas de un marino en tierra

Reencuentro

El viernes por la noche me reencontré con un marinero italiano al que no veía desde hace casi dos años. Fue en la ciudad de Barnamar donde permanecimos atracados todo el fin de semana. El capitán nos dio la noche libre, un par de doblones y nos dijo "disfrutad muchachos" y vaya si le hicimos caso.. En una de las posadas nos encontramos con Iacopus " el puto italiano". Apenas cruzar cuatro palabras con él me di cuenta que seguia siendo el mismo canaña de siempre... Fuimos a cenar a una posada q regentaban unos libaneses muy amables. Yo nunca había probado la cocina libanesa y un compañero de la tripulación procedente de Anatolia nos aconsejó.

Mientras degustaba aquellos manjares (carnes acompañadas de millones de salsas diferentes, vino libanés y postres arabes) no pude reprimir un pensamiento. Me hubiera encantado q aqui estuvieran los amigos de mi pueblo... Su recuerdo me acompaño durante toda la noche.
La fiesta continuó de posada en posada del barrio más bohemio de la ciudad. La última posada me sorprendio especialmente. Estraños personajes bebían y bailaban al son de una música cargada de mestizaje. De repente, un hechicero salió de la multitud y se acercó a nosotros. Movía las manos como si estuviera lanzando algún tipo de conjuro contra nosotros.. Nos asustamos un poco pero al cabo de un tiempo vimos que era inofensivo.
A las 5.45 llegué a mi camarote cansado pero satisfecho de aquel reencuentro.